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PARA ABRAZAR LA VERDAD
Cortesía: Alma Mater
Imágenes de Archivo de la revista
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En el número de noviembre de 1970, apareció una entrevista con Sarah Pascual, compañera de Mella y representante de esta publicación en el Congreso de Estudiantes del año 23. Durante las jornadas por el aniversario 50 de Alma Mater, en 1972, el colectivo visitó nuevamente a Sarah para precisar detalles que permitieran ampliar algunos de los temas tratados en el diálogo inicial. Con este trabajo comenzamos a proponerles un grupo de artículos relacionados con la historia de la revista, próxima a cumplir 90 años.
Sarah: Al considerar qué papel jugó Alma Mater, qué representa en el movimiento estudiantil creemos, que cuando se funda Alma Mater, en noviembre de 1922, su función esencial fue unificadora. El enlace de las distintas facultades en un sentido aglutinante del movimiento estudiantil.
Porque en aquel momento las asociaciones de estudiantes no tenían lazos o nexos entre sí. Cada facultad tenía su asociación con su directiva, su presidente, etc., pero había una verdadera desconexión del movimiento estudiantil en sus distintas facultades. Entonces, Alma Mater al fundarse sirve como punto de contacto entre los estudiantes de las distintas facultades, y hay un interés común, y hay un objetivo común. Alma Mater refleja los intereses, las inquietudes, la vida general de los estudiantes en las facultades.
A.M: ¿Cuál fue el primer sumario de la revista?
Sarah: Es muy variado. Y vamos a decir, ligero, estudiantil; hay materiales en tono festivo y otros muy serios. Por ejemplo: «En el Feudo de Bustamante»
—Bustamante era profesor de Derecho Internacional, muy famoso entonces—, y se consideraba que la Facultad de Derecho era el feudo de Bustamante. Por eso es que Lord Mc Parland —que no es otro que Julio Antonio Mella— denomina su sección «En el Feudo de Bustamante». También hay mucha dedicación a los deportes porque Mella le daba mucha importancia a los deportes para la juventud. Por ejemplo, aparece la efigie del doctor Adolfo de Aragón, posteriormente Rector, que fue impulsor de los deportes. Y esa afición de él por los deportes, ese interés, le concede que su fotografía aparezca a toda plana.
Entonces va a ver muchos materiales ligeros, festivos y colaboraciones de muchos…Elías José Entralgo, y unos poemas de Guillén fechados en mayo de 1922 que están muy interesantes. Está muy bueno ese poema de Guillén, probablemente ni se acuerde.
A.M: También tenía secciones…
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Sarah: Hay secciones… una se dedica a Letras y Ciencias; otra a Farmacia; otra a Cirugía Dental; otra a Medicina; otra a Derecho. Y va reflejando la vida estudiantil en un sentido amplio. No es una revista que exclusivamente se ocupa —vamos a decir— de cuestiones docentes o políticas. No. Es que es un reflejo de la vida estudiantil en toda su variedad. Toda esa vida alegre, ligera de los estudiantes, de sus estudios, de sus conflictos. En fin, es una revista de un alcance muy amplio.
También hay una sección, y ustedes la verán, que se llama «Por los Institutos», donde se refleja la vida del estudiante, y vamos a decir, cosas graciosas, cosas ligeras pero que despiertan el interés sobre la revista en los estudiantes del Instituto. Es la vinculación de los estudiantes de Segunda Enseñanza de Bachillerato hacia la etapa futura: su vida universitaria.
A.M: ¿Usted conoció a Mella en el Instituto?
Sarah: No, yo lo conocí antes, yo lo conocí cuando era alumno de la Academia Newton, en el tercero o cuarto año de bachillerato y accidentalmente; mi primo era de esa academia también. Un día yo subo a un tranvía, estaba lleno y se levanta un joven, me da el asiento, me lo presenta mi primo: era Mella. Así yo lo conocí, entonces, ya seguimos la amistad, después iba al Instituto y allí hablábamos. Mella personalmente llevaba Alma Mater al Instituto a venderla allí. Personalmente se aparecía; como la administración estaba en Obispo, él se aparecía con su carga de revistas y las vendía en el Instituto.
A.M: ¿Por qué la revista se llama Alma Mater?
Sarah: Alma Mater como lo simboliza la estatua que está presidiendo la escalinata y presidiendo la Universidad, representa el alma universitaria; representa el espíritu universitario. Representa la universidad misma. Entonces, la revista se llama Alma Mater para despertar en el estudiante el amor por la universidad. El que no se vaya a la universidad como a un lugar donde se fabrican títulos y uno lo recibe para ganarse con ese título la vida. No, que el estudiante viva la vida universitaria. Pero que la viva intensamente, con un espíritu constructivo. Que el estudiante sienta que está en el alma de su cultura, en la madre de su cultura, que eso es la universidad. Para despertar en el estudiante el amor por la universidad y el deseo de construir, de ayudar a construir, de ayudar a construir la universidad; a mejorar la universidad, por eso se llama Alma Mater.
A.M: ¿La idea de la fundación de la revista es de Mella?
Sarah: Es de Mella. Y el impulsor y animador de la Federación, fíjate que es de la Asociación de Derecho de donde se citan a las otras Asociaciones de alumnos para que concurran a fundar la FEU. Aquí, en el primer número, encontrarás un editorial que dice «Nuestro credo», donde define qué es Alma Mater. Y verás como aquí se reclama el estadio que ahora disfrutan los estudiantes, entonces era una aspiración. Inclusive, hay en otro número de la revista un llamado a los graduados y a la población en general para que cooperen en su edificación. Y entonces dice en otro párrafo: «laboraremos por la unión de los estudiantes cubanos en una Federación que nos haga fuertes y capaces para defender nuestros derechos, para progresar, para aprender cuando jóvenes las conveniencias de la hermandad, de la unión y así aprender a encontrar en el mañana la solución a nuestros problemas nacionales». Ya hay una preocupación política desde el primer editorial. Más adelante está la importancia que le dan a los movimientos estudiantiles latinoamericanos; después se habla de la renovación de la Universidad, de que los estudiantes del siglo XX no pueden ser regidos por principios hechos para seminaristas de hace dos siglos. Así que ya se ve una proyección.
A.M: ¿Cuándo es que aparece como órgano de la FEU?
Sarah: En el primer número, no. En el segundo número aparece el llamamiento de la Asociación de Derecho citando a los presidentes de las escuelas. Fíjense que Alma Mater sale a la luz en noviembre. En diciembre es que se da el chispazo para crear la FEU, y es justamente, en ese segundo número de Alma Mater que se cita a los presidentes y dirigentes de las distintas facultades para constituir la Federación. Y no es casual que esa cita parta de la Escuela de Derecho de donde es Mella estudiante y dirigente del movimiento estudiantil allí.
Si nosotros observamos la actividad de Mella, nos fijamos que junto a cada organización que Mella funda va paralelamente el órgano de divulgación de los principios de esa organización. En eso ha seguido una línea, una práctica leninista. Fíjese que se hace la FEU y surge previamente o paralelamente casi Alma Mater.
Todavía en el transcurso de eso hay un boletín para hacer más corta la periodicidad de salir la publicación. El boletín ese iba a ser semanal o quincenal. Después él considera que hace falta otro material ya en pleno Congreso del año 23; otra revista que profundice más, sin desechar la revista más ligera y más amplia que es Alma Mater. Y funda Juventud.
Mella se liga al movimiento juvenil mexicano e inmediatamente surge «El Tren Blindado», órgano del movimiento ese de izquierda revolucionaria en México dirigido por Mella dentro de la Universidad donde él se matricula como estudiante. Además, él escribe copiosamente en El Machete. Cuando él funda la Asociación de Nuevos Emigrados Revolucionarios inmediatamente surge «Cuba Libre». Es decir, Mella no concebía una organización sin un órgano de publicidad, como decía Lenin, ese es el hilo conductor entre los distintos grupos, entidades, personas que a través de un periódico se enlazan. Eso es una práctica que Mella llevó consecuentemente en todo su trabajo organizativo: la divulgación, la publicidad, el órgano de divulgación.
A.M: ¿Qué papel juega Juventud?
Sarah: Ya hay una conciencia más alta en un sector mayor del estudiante, y en aquella pequeña vanguardia Juventud juega otro papel, publica materiales importantes, en primer lugar se le veía una proyección marxista y se hacía referencias a textos marxistas, además al movimiento latinoamericano estudiantil. El formato de Juventud es más pequeño y su contenido distinto, más profundo y directamente político, aunque sigue siendo estudiantil.
A.M: ¿La aparición de Juventud significa un rompimiento de Mella con Alma Mater?
Sarah: No, la aparición de Juventud es ensanchar y profundizar, pero no es chocar.
A.M: Se puede decir que la publicación donde se profundiza más el pensamiento de Mella es Juventud?
Sarah: Sí, Mella se independiza porque Alma Mater era una amalgama, participan estudiantes de distintas ideologías, aunque el centro de la revista y su técnica se la da Mella. Además, yo considero que no es incorrecto que esa revista haya salido con esa amplitud, porque en aquel periodo no había un pensamiento avanzado en la totalidad de la juventud. Era una pequeña minoría que empezaba a darse cuenta de la realidad y si hubiéramos salido con la revista muy definida y exclusivamente política nos hubiéramos distanciado de la mentalidad del resto de los estudiantes. Pero, dentro de eso, en los editoriales, se ve una proyección. Y en medio de la risa, de la broma, aparece la orientación política que se va agudizando, profundizando, no solamente en los compañeros, sino en el propio Mella y en todos los compañeros.
Son jóvenes de 19, 20, 21 años que abren los ojos a la realidad y se van dando cuenta, su pensamiento se va esclareciendo, pero eso no se hace en un día. Por lo menos, en Mella fue casi un chispazo instantáneo porque en ocho o nueve meses ya se convierte en un líder tremendo.
A.M: ¿Llegaron a salir juntas ambas publicaciones?
Sarah: Yo creo que no. Yo me figuro, es una suposición, no una afirmación, que al dedicarse Mella a Juventud y ser Mella el centro de Alma Mater no era posible. Bueno, yo representé a Alma Mater en el Congreso. A pesar de ser alumna del Instituto, yo estuve muy cerca de Alma Mater a través de Mella, tan es así que yo llego a la Universidad en octubre y después que uno se matricula como novata, mi primer día de clases fue participar en la reunión de admisión de los temas del Congreso. Mella fue quien me nombró delegada de Alma Mater y de la revista esa, Renovación, que era un folletincito, un boletincito.
Cuando se da el Congreso, Mella, como es natural, sabe que van a haber hondos debates, fuertes; como enseguida se dividieron en izquierdas y derechas. Él aseguraba tener una delegación de izquierda entre los delegados. Por eso es que me designa junto con dos compañeros para representar la revista Alma Mater, acabada yo de matricular en la universidad.
También me llamó para representar una revista que estaba en ciernes, que es Renovación, y que en mi opinión, no se llegó a publicar. Y volvemos a eso de que Mella junto con otros compañeros crea el órgano de publicidad. El grupo Renovación lo fundó Mella junto con otros compañeros para estudiar marxismo-leninismo. Pertenecíamos al grupo Renovación los que estábamos interesados en estudiar marxismo y otras nuevas doctrinas, que eran para nosotros una luz tremenda para comprender los problemas del imperialismo y la situación de Cuba. Y él quería hacer el grupo Renovación. Mejor dicho, hizo el grupo Renovación, y quería hacer una revista, órgano del movimiento. Pero después se decidió e hizo Juventud, más amplia todavía, con los mismos temas trabajados por Renovación, pero con el nombre de Juventud, la cual le quitaba cierta estrechez y le daba mayor amplitud, a pesar de que el contenido era el mismo. Pero sin abandonar Alma Mater, porque Alma Mater era la que atraía a todos los estudiantes como quiera que pensaran, que entonces el cambio de posición vendría en el proceso.
A.M: ¿Cómo recuerda a Mella en el Congreso?
Sarah: Mella era un hombre muy activo, de una energía tremenda, un orador entusiasta que impregnaba en el público su oratoria. No era un declamador cursi de esos, sino ese tipo de orador que no habla para oírse ni para que lo oigan, sino para abrir las conciencias.
Hay oradores que es como que hicieran un canto de sirenas para ellos mismos, para recrearse en lo lindo que están hablando o para encantar a la gente como tocando una flauta. Era un orador que iba directo a la cabeza de la gente. Otra característica de Mella es que sabía atraerse a la gente, es decir, no era sectario, y eso le permitió arribar a todas esas conclusiones del Congreso que son importantes.
Él era una gente jovial, no era un hombre de esos, que andan con el libro debajo del brazo y la cara seria. Vestía bien porque su padre era sastre, no es que se acicalara, sino que tenía buena figura y ropa bien cortada, no quiere decir que todos los días se estuviera estrenando un traje. Tenía el traje crudo, ese que siempre llevaba puesto y siempre andaba limpio.
A.M: ¿Cómo recuerda la Universidad de la época?
Sarah: La escalinata, olvídate, que no existía. Aquello era una loma de piedra y hierba hasta el Alma Mater. El Alma Mater sí existía y lo que es el rectorado y el Aula Magna, una sala de conferencias que era una antigua caballeriza o algo así. Para entrar a la universidad se entraba por una escalerita estrecha que había en la esquina de L y 27 de Noviembre.
A.M: ¿Y el Patio de los Laureles?
Sarah: Yo recuerdo allí la última vez que Mella fue a la Universidad, el 26 de noviembre del año 25. Él estaba expulsado de la Universidad. Entonces yo recuerdo que él vivía en 12 y 23, y yo voy en un tranvía y siento que… es Mella quien se ha subido en la ventanilla por fuera del tranvía y me dice: «qué tal, ¿cómo anda aquello?» y le digo: «Mira, acabo de dejar la Universidad, en el teatro de Medicina hay una asamblea». Y díceme: «Mañana mismo voy para allá». Y fue. Entonces, yo recuerdo, me parece estar viendo esto, viene la masa de estudiantes de Medicina del fondo del hospital, y entonces había como una arcada así entre las aulas de Derecho y por ahí desemboca la masa estudiantil con Mella a la cabeza dando gritos, se para en el Patio de los Laureles, se sube en uno de los bancos y desde allí habló a los estudiantes.
A.M: ¿Hasta qué año estuvo Mella dirigiendo la Revista Alma Mater?
Sarah: Yo diría que hasta el año 23 y parte del 24. Porque ustedes saben que el movimiento estudiantil sufrió sus altas y sus bajas. Precisamente, ya en el año 24, la Universidad Popular no tenía dentro de la Universidad respaldo suficiente, y al contrario, la reacción, que ya había dominando alguna parte de los sectores estudiantiles, y desde luego, el profesorado —fundamentalmente el rectorado, pues le hizo la vida imposible en la Universidad. Yo tengo una carta de Mella, donde él orienta desde Camagüey, donde está pasando dos o tres semanas, que saquen ya la Universidad Popular de la Universidad, porque allí no hay ambiente para hacerla, y que lo mejor es ir a los sindicatos obreros, como realmente se hizo. Y efectivamente, con un éxito mayor porque fue mayor la amplitud que alcanzó, bueno, es una especie de universalización. Sacar de la universidad aquello y llevarlo a los sindicatos obreros, y aprender mucho de los obreros por parte de los estudiantes que íbamos a dar las clases. Aprendíamos la mecánica y el desarrollo del movimiento sindical y se realizaba una lucha ideológica grande, porque había mucha influencia de anarcosindicalismo y había que combatir eso.
A.M: ¿Por qué Mella se vincula al movimiento obrero?
Sarah: Mella se vincula al movimiento obrero por varias causas. Primera, su honradez y sinceridad revolucionaria. Él, ya en el año 23, había leído libros marxistas, pero, aparte de eso, él tiene contactos con Carlos Baliño. Porque, ¿dónde se tira Juventud? Y creo que hasta Alma Mater, en la imprenta El ideal, de los torcedores. Esa imprenta que dice El ideal es la que han comprado los obreros torcedores con su dinero para tirar su revista, y adonde Mella lleva su revista universitaria. Y ¿quién es el corrector de pruebas allí?, pues nada menos que Carlos Baliño; y ahí, Mella todos los días hablando con Carlos Baliño.
Y cuando la Universidad Popular va para el centro obrero, ¿quién dirige el Centro Obrero?, pues Alfredo López. Y Alfredo López forma parte de la Universidad Popular. Elementos fundamentales, uno del movimiento obrero, otro de la ideología marxista como es Carlos Baliño, pionero de eso en Cuba.
Y eso todo influye. Cuando el revolucionario es inteligente, honrado y sincero, no teme fundir su vida con la clase obrera, porque hay algunos que comprendían eso pero no era productivo, era muy improductivo. Cuando faltaba esa honestidad para abrazar la verdad aunque uno se quemara con ella. Entonces Mella coge ese camino. Él comprende por Martí el fenómeno imperialista y por Lenin aprende el camino para liquidar el imperialismo.